Transformando la atención médica con bondad y compasión no es un eslogan, es la filosofía de la clínica. Cuando los coordinadores del programa y los promotores locales trabajan codo a codo, el funcionamiento de la clínica se vuelve automático —en el mejor sentido— practicado, sereno y atento; y la bondad y la compasión se convierten en el sistema operativo.
En octubre, en Chichicastenango, tres exdirectores del programa —Peter Caron (2013-2015), Greg Radicone (2015-2017), y Claudine “Claw” Rousseau (2018-2020)— regresaron para liderar. Junto con nuestro equipo local, atendiendo a 656 pacientes en tan solo tres días y medio. Más que una clínica itinerante, se sintió como el regreso de la comunidad.
📸 Lea la historia completa a continuación.
De regresos a Quiché: Los gestores del programa se reúnen para una Jornada impecable y de alto impacto.
Al entrar en la clínica de la Fundación Global Healthworks, se experimenta una cierta familiaridad. Esta sensación se debe, en parte, a la acogedora disposición del toldo del registro, las camillas, las sillas y la zona de ejercicios. Pero, sobre todo, se trata de la calidez que se genera entre las personas —tanto norteamericanas como guatemaltecas— que regresan año tras año para atender a la población de Quiché.
Como parte del personal permanente de GHF, los coordinadores de programa dirigieron la clínica móvil, asesoraron a promotores locales de salud y proveyeron atención semanal en Quiché. Peter, Greg y Claw fueron tres de los cuatro coordinadores de programa de GHF, junto con Alex Macias (2017-2018).
Por qué siguen volviendo
Peter Caron
“Una de las razones por las que sigo viniendo: es el trabajo que se realiza aquí”, dice Peter Caron. “Y también es por el gran cariño que le tengo a Dan [Wunderlich] y el deseo de apoyar lo que está haciendo en Guatemala. No se trata de cumplir con los requisitos, sino de centrarnos en un propósito común. Junto con nuestros socios locales, mantenemos el propósito de nuestro trabajo como prioridad, de modo que el servicio guíe cada decisión.”
Greg Radicone sobre el impacto y la continuidad: “GHF tiene una presencia aquí de larga data, por lo que vemos a las mismas personas una y otra vez. Realmente podemos ver cómo funcionan nuestros tratamientos.”
Un lugar que se siente como en casa
Claw Rousseau
“No puedo pensar en un lugar ni en unas personas que me hagan más feliz”, Claw Rousseau afirma: “Me siento cuidada por la comunidad y viceversa. No se trata solo de recibir tratamiento y marcharse, sino de integrarse en la comunidad.”
Claw, que ahora vive en el sur de Francia, fue directora del programa justo antes de la pandemia y ha regresado para jornadas , clínicas móviles y viajes de tratamiento de dos semanas. "Es el mejor trabajo que he tenido", afirma.
Junto a un amplio grupo de voluntarios ex alumnos que regresaban —incluidas Felipa López y Kristen Pawlick, cada una de las cuales sirvió en más de una docena de jornadas en los últimos diez años— el equipo atendió a 656 personas en tan solo tres días y medio durante la jornada de octubre.
“Es un espacio acogedor para que los voluntarios vengan a trabajar. Dan nos recuerda que estamos practicando una medicina poderosa; nos da una verdadera sensación de empoderamiento.” — Felipa López
Los pacientes presentaban una amplia variedad de problemas de salud, desde dolor gastrointestinal y secuelas de un accidente cerebrovascular hasta problemas musculoesqueléticos comunes y síntomas relacionados con el estrés.
“Con tanta gente con muchos años de experiencia, la clínica funcionó a la perfección”, Kristen dice: “Es como si hubiéramos reunido a la banda de nuevo.”
Voces de la comunidad
Eva Carrillo, miembro del equipo local y primera promotora de salud de GHF, también regresó: “Me encanta ayudar a la gente. Mi corazón siempre ha sido esto. Me encanta brindar ayuda humanitaria, y la jornada es la forma más directa de llegar a la gente.”
La visión de Luciano desde el suelo
Luciano Laynez, Director Ejecutivo del Centro de Paz Barbara Ford (El Centro) en Quiché y administrador local de GHF desde 2013, comparte:
“Ver a Greg, Peter y Claw regresar a la clínica fue como escuchar a una orquesta bien afinada… Lo más valioso es que el conocimiento se queda aquí.”
Luciano sonríe mientras añade:
“Dan sabe elegirlos. Es selectivo: elige personas con grandes habilidades, gran corazón y generosidad para enseñar—y se nota. Constantemente invita a nuevos voluntarios que se integran a la perfección y siempre aporta herramientas prácticas que nuestros promotores locales pueden usar.”
Cultura: Transformando la atención médica con Bondad y compasión
Nuestra promesa es sencilla y deliberada: transformar la atención médica con bondad y compasión. En la práctica, esto se traduce en firmeza y empatía: escuchar atentamente, combinar acupuntura, terapia manual y estrategias de rehabilitación, enseñar a las familias ejercicios sencillos para realizar en casa y colaborar estrechamente con socios locales que conocen la comunidad a la perfección. Es un modelo diseñado para dignificar cada interacción y perdurar más allá de nuestra última jornada.
“Los miembros de nuestro equipo comparten la filosofía de retribuir a la comunidad”, afirma Dan Wunderlich, fundador y Director Ejecutivo de GHF. “Están aquí por una buena causa”. Muchos regresan año tras año, y nuestros coordinadores del programa dedicaron dos años completos al servicio, atendiendo a decenas de miles de pacientes, en su mayoría indígenas. “Después de ver el impacto de sus tratamientos, quieren volver. Por eso hacemos lo que hacemos."
Cada paciente regresa a casa con algo práctico: una forma más segura de moverse, una rutina de ejercicios para hacer en casa, estrategias para controlar la crisis y la certeza de que su salud importa. Es nuestro principio rector: Estar Bien. Saber Mas. — alivio que se siente, conocimiento que se puede aplicar.
Dan Wunderlich
Impacto de esta semana
Junto con otros seis profesionales, los tres coordinadores del programa ayudaron a tratar a 656 personas durante la jornada de octubre, abordando casos de gastritis, dolor cicatricial, secuelas de accidentes cerebrovasculares, dolor de rodilla, cadera y espalda, efectos secundarios del cáncer, estrés y ansiedad crónicos. Con tanta experiencia acumulada en un mismo espacio, el ritmo de la clínica era fluido y natural, en el mejor sentido: practicado, sereno y atento.
¡Guau, qué equipo tan increíble!
“Una cosa es segura”, dice Greg. “Formar parte de un proceso continuo a lo largo de los años ha sido increíble a nivel profesional, espiritual y energético. Sin duda, volveré.”
Greg Radicone
¡Guau, qué equipo tan increíble!
Gracias a nuestros promotores locales de salud, traductores, líderes juveniles y al Centro de Paz Barbara Ford por hacer de esta jornada una experiencia fluida y profundamente humana. Volveremos.
🔶 🔶 🔶
Los coordinadores del programa que regresaron posan junto a los promotores locales de salud en la reciente jornada de GHF en Chichicastenango, sonriendo después de una clínica de 3 días y medio donde se atendió a 656 pacientes.
